Su llamativo y característico olor proviene del farmesol presente en el tilo, además es rica en taninos, mucílagos, carotenos, glucósidos, suercitrósidos. Todos estos elementos logran provocar una de las características más apreciadas de esta infusión: relajar y calmar el organismo.
La tila en infusion se recomienda a las personas nerviosas para calmarse, pero también a aquellos que padecen insomnio. Es común utilizarla como sedante, para paliar el dolor de cabeza o calmar la tos persistente.
Además, es capaz de aliviar los síntomas del resfriado. Esta infusión destaca en los inviernos cuando el frío y la bajada de defensas nos acechan. Gracias a ella entraremos en calor y dejaremos atrás los síntomas más pesados de un catarro, como es el caso de la tos o la irritación de la garganta.
También cuenta con capacidad antiespasmódica, la cual reduce el dolor de la menstruación, las contracturas o los cólicos. Así, evitaremos sufrir en exceso estos momentos y disfrutaremos tanto del agradable aroma como el sabor de este remedio tan popular.
Por último, podemos beneficiarnos de su efecto diurético. Gracias a él, podemos reducir la cantidad de líquido que retiene el cuerpo, lo que nos ayudará a adelgazar y a sentirnos mejor. También incrementa la sudoración del cuerpo, algo que también contribuye a bajar de peso y a eliminar las toxinas del cuerpo.
La tila para dormir debe consumirse con moderación, ya que podría causar nauseas o hacer que el cuerpo se sienta más pesado. Además, las personas que sean alérgicas al tilo no deberían probar su infusión bajo ningún concepto. La cantidad diaria recomendada es de dos tazas al día. Así que, si bien sus beneficios son bastante interesantes, hay que utilizarla con cabeza y sentido común para evitar que nos cause más mal que bien.


